El 27.9.2019 nos despedimos de la granja en Kettle Valley. Mientras River nos miraba, el perro fiel que nos llevaba a pasear todos los días, estaba tan triste como nosotros. Pasamos una semana inolvidable aquí. Unos días más y me habría sentado en la espalda de Big Jim. El caballo era tan bondadoso que incluso podías montarlo sin silla.

La aduana en Midway pasamos sin problema. Nunca hemos encontrado un aduanero de EEUU más amable que aquí. Incluso se negó a dejarnos pagar US$ 6.– y dijo: «El sistema no funciona de manera confiable». Sellado nuestros pasa-portes y nos deseó un buen viaje.

Poco después de la aduana, tomamos la ruta 20, que sigue al través de Washing-ton a lo largo de la frontera en dirección al Pacífico. En constantes subidas y bajadas pasamos por granjas donde las banderas estadounidenses ondean en el viento. Al anochecer, el camino subió a las montañas. Cuando llegamos a 1’200 metros, le dije a Brigitta: «Eso es suficiente; es mejor que nos quedemos aquí y no conduzcamos más alto.»

Cuando nos levantamos a la mañana siguiente, hacía frío. (Por cierto, el calentador Webasto no funcionaba, ¡nos acostumbramos!) ¡Cuando miré por la ventana, vi todo blanco! ¡Nieve!

PS. La última nevada que vimos en Utah hace tres meses y medio. ¡De alguna manera nos perdimos el verano este año!

(Escrito en una parada de descanso cerca de Astoria, Oregón)