
Goodbye French Polynesia!
(*¡Adiós Tahití!) Ayer llegamos al aeropuerto de Tahití, viniendo de Rangiroa. Afuera, en la pista, está el Air Tahiti Nui Boeing 787 (Dreamliner), que nos llevará a Los Ángeles en algunas horas. («Nui» significa grande; la aerolínea regional que vuela de isla en isla se llama Air Tahiti). El avión está pintado en diferentes tonos de azul y tiene una Tiare blanca, la flor nacional de Tahití, en el plano de estabilización.
Recién ahora nos damos cuenta de que este mes en las islas de la Polinesia Francesa está llegando a su fin. Atrás quedaron las vistas de las lagunas azules y turquesas. Atrás quedaron los deliciosos platos de pescado que nos servían todas las noches. Se acabaron los paseos en bicicleta por los palmerales sombreados. ¡Atrás quedaron las olas rompiendo en la playa de arena! Atrás quedaron las noches en las que veíamos la puesta de sol en el Pacífico Sur y bebíamos una cerveza Hinano fría …
¡Estamos felices de que, en tiempos de Covid 19, pudiéramos hacer este desvío! Ahora esperamos con ansias unos días con Charly en Atotonilco. ¡Y sobre el delicioso pan! (Nada en contra de las baguettes, si están frescas y crujientes. Pero son por poco tiempo y luego se vuelven blandas …)
PS. Como recordatorio de esta maravillosa época en la Polinesia Francesa, Brigitta lleva un collar de perlas alrededor del cuello. Yo tengo dos latas de cerveza Hinano en mi equipaje …