Los pájaros nos despertaron el 20 de marzo de 2023, a las 5 de la mañana. Tomamos un desayuno rápido, luego regreso a la A1, que nos llevó a Makuti. Todavía estábamos a 1.200 metros, pero poco después la carretera se hundió en la depresión del Zambeze; donde el caudaloso río (el cuarto más largo de África con 2.574 kilómetros) desemboca en el Océano Índico.

Nos perdimos la Oficina de Parques y Vida Silvestre en el lado izquierdo de la calle. Nos dimos cuenta de esto cuando el guardabosques en la entrada del parque nacional nos pidió el permiso. Así que llegó el momento de retroceder ocho kilómetros y subir a la meseta. Por suerte, la ruta de montaña era de doble carril, por lo que pudimos adelantar en tercera marcha y con impulso a los numerosos camiones (chinos) cargados de cobre de Zambia.

Con el permiso nos dirigimos valle abajo hasta la entrada del parque, donde el amigable guardabosques nos permitió la entrada. La pista nos llevó por una zona repleta de baobabs de todos tamaños. Llegamos a la oficina a las 14:00 horas. Lo primero que nos preguntaron fue si teníamos reserva. «No, lo sentimos, pero nos gustaría quedarnos dos noches.» Por suerte, nuestro deseo se cumplió y pronto llegamos al campo 1, que está justo al lado del Zambeze, que fluye ancho y perezoso frente a nosotros.

A última hora de la tarde emprendimos nuestro primer safari y nos encontramos con elands, la especie más grande de antílope, elefantes, cocodrilos e hipopótamos. Sin olvidar los numerosos pájaros que retozaban en el agua.

PS: Si quieres saber más sobre los «Elands», lee aquí.