Hicimos amistades interesantes en Swakopmund y especialmente en el Golf Villaje Rössmund. Aquí vive gente de todo el mundo. Algunos trabajaron en campos petroleros o como controladores de tráfico aéreo en todo el mundo y se jubilaron aquí. Otros han terminado su vida laboral en Windhoek y disfrutan del clima más fresco de Swakopmund, que está junto al mar. Y, por supuesto, hay muchos alemanes y suizos que cambiaron su tierra natal por Namibia y ahora viven aquí.

A los alemanes les encanta la buena cerveza, el buen pan y las buenas salchichas. Y si vienes de Baviera, ¡no querrás perderte los pretzeles! Como Sigi y Molly, que viven a pocas casas de nosotros, en Rössmund. Sigi, un auténtico bávaro, nos inició hace unos días en el arte de hornear pretzel. Durante una hora nos mostró qué ingredientes son necesarios y a qué debemos prestar atención para que un pretzel no sólo sepa bien, sino que también tenga buen aspecto.

Unos días más tarde horneamos nuestros primeros pretzeles. Brigitta colocó frente a ella la receta que había escrito basándose en la información de Sigi. Luego fue paso a paso. En realidad, todo salió bastante bien, excepto el amoldamiento. Un pretzel no sólo debe saber bien, sino también verse lo suficientemente bien como para morderlo. Nuestros pretzeles demostraron que eran un primer intento. Pero todavía saben bien. Y todavía no ha caído del cielo ningún panadero de pretzeles: ¡la práctica hace la perfección!

Hablando de Navidad en Swakopmund: durante la temporada navideña se ofrecen en las tiendas mazapán de Lübeck, Stollen de Dresde y chocolate Lindt. ¡Así que hay todo lo que mi corazón desea!