Siempre me asombra lo que los artesanos saben hacer con sus manos. En Namibia incluso más que en Suiza, porque las herramientas que facilitan el trabajo rara vez se ven aquí en las obras de construcción. Los costes salariales de los trabajadores (en su mayoría negros) son una fracción de lo que hay en Suiza. Puede prescindir de herramientas que ahorran mano de obra y utilizar más mano de obra. Nunca había visto a tantos trabajadores de la construcción palear en un sitio de construcción como aquí. No se utilizan grúas, al menos cuando se construye una vivienda unifamiliar. Los trabajadores arrojan los ladrillos de hombre a hombre y piso a piso hasta que están donde se necesitan.

Y hay algo más que distingue a los artesanos de aquí de los de Suiza: llegan a tiempo, se ríen y están felices de tener un trabajo. (¡A menudo lo experimenté de manera muy diferente en Suiza!)

PS. Todavía recuerdo los tiempos en que se bebía mucha cerveza en las obras. A nuestros artesanos les traemos agua fresca todos los días, lo que realmente aprecian.