Cuando viajas por el mundo, conoces a mucha gente. Muchos de ellos nos regalaron un amuleto de la suerte para nuestro viaje. Brigitta arregló la mayoría de ellos sobre el tablero. Desde allí pueden mirarnos desde arriba y asegurarse de que no nos pase nada. Y siempre se necesita suerte o un ángel guardian en un viaje largo.

En la parte trasera del vehículo montamos banderas de oración tibetanas que recibimos como regalo en Lhasa. La leyenda dice que no los quitas sino que esperas a que se disuelvan. Esto probablemente tomará un tiempo…

PS. Aquí más sobre nuestros compañeros de viaje