El 22 de agosto estuvimos en el aeropuerto de Tahití. Nuestro vuelo a Tikehau, que forma parte del grupo de islas Tuamotu y está a 420 kilómetros de distancia, se anunció a las 14.40 horas. Por una vez, al avión arrancó, esta vez en dirección norte, casi a tiempo. Como siempre, se llenó hasta el último asiento.

Después de una hora apareció una hermosa isla debajo de nosotros: Rangiroa. El piloto aterrizó hábilmente el avión en la pista corta y rodó hacia el edificio, que también parecía un cobertizo aquí. Una treintena de pasajeros bajaron y la misma cantidad subió nuevamente. El vuelo continuó y veinte minutos después aterrizamos en Tikehau. Durante el acercamiento vimos lo pequeña isla con cocoteros, que solo cubre 2.5 kilómetros cuadrados de tierra, pero 461 kilómetros cuadrados de atolón.

Nos desabrochamos, empacamos nuestras cosas y salimos. Desde aquí, el avión voló de regreso a Tahití, que se encuentra en las Islas de la Sociedad. Nos recogió Terava, el propietario de Airbnb, y, como es habitual aquí, nos recibió con una guirnalda de flores de tiara blanca. Siempre asociaremos su dulce aroma con la Polinesia Francesa …

PS. Es costumbre en todas las islas que los huéspedes sean recibidos con una guirnalda de flores y se despidan con un collar de conchas. ¡Es genial que tales costumbres hayan sobrevivido hasta el día de hoy!