En casa, en Suiza, donde está nuestra casa, el bosque está frente a la puerta. Se ve completamente diferente en Swakopmund, donde estamos actualmente.

La casa en la que vivimos actualmente está al borde de las dunas que se extienden en la parte sur de Swakopmund hasta este asentamiento y hacia el Atlántico. Desde la terraza se tiene una vista fantástica de las enormes dunas de arena, que se presentan en varios colores durante el día. Por la mañana suelen estar bajo un manto de niebla que luego es quemado por el sol. Hacia la tarde cambian de color a una amplia variedad de tonos rojos hasta que luego se vuelven negros como la noche. Es un espectáculo único …

La carretera a Walvis Bay, a unos treinta kilómetros de distancia, discurre entre las dunas y playa. Allí recogeremos a Mahangu a principios de la próxima semana, quien, después de un viaje de varias semanas, llegará (¡con suerte!) en un barco de contenedores.

PS. Si sopla el «Suroeste», un viento muy fuerte, puedes sentir la arena entre tus dientes en Swakopmund. Una buena razón para acompañarlo con una cerveza Windhoek: Namibia Breweries