11. septiembre 2018

Corumbà – Porto Jofre en balsa

Tricky to get on the raft

El jueves, 6.9.2018, a las cinco de la tarde, Cajacou nos recogió en la Pousada de Corumbá. Brigitta había hecho compras recientes por la tarde, ¡así que salimos a la carretera sin cerveza ni vitaminas! Una vez más, era hora de decir adiós a las personas que habían venido a nuestros corazones en poco tiempo. ¿Cuándo se verán de nuevo? ¿Y se ven otra vez? Estos son pensamientos que pasan por nuestras cabezas en esos momentos.

En el puerto, un simple lugar de aterrizaje, había mucha actividad. Varias convoys estaban listas para la partida y se cargaron. Cajacou nos dijo que nos detuviéramos en la rampa inclinada y esperáramos por él. Unos minutos más tarde reapareció y nos señaló el pontón, que era aproximadamente medio metro más alto que nosotros. Por subir el pontoon habià dos tablas gruesas. Parecían llevar el peso de Mahangu de unas tres toneladas.

Puse el engranaje más pequeño y conduje a paso de tortuga sobre las tablas. Cajacou me condujo y Brigitta filmó todo desde una distancia considerable por si acaso … Pero esto no sucedió! Todo fue bien y pronto estuve en el pontón con Mahangu. Puse el auto en marcha, tiré el freno de mano y bloqueé el vehículo. Luego volvimos al muelle, donde se frieron deliciosos pinchos de carne. Cajacou nos dijo que pasaría un tiempo antes de que todos los pontones estén cargados. Mientras tanto, tenemos tiempo para tomar una cerveza y comer algo. Un camión tras otro cargaba ganado cebú desde la plataforma del camión, que se distribuía en los pontones. Hombres y mujeres llevaban hielo, cerveza, arroz, guisantes y bolsas de azúcar a los barcos. Cajacou nos recogió cinco latas de cerveza Brahma, tres cigarrillos y cuatro pinchos de carne más tarde. Mientras tanto eran las 8.15 de la tarde y hace noche.

Cajacou nos condujo al pontón en el que estaba Mahangu. En un segundo se encontraban cuarenta cabezas de ganado cebú y una tercera estaba cargada de madera, una estufa de gas usada, barriles, bolsas de arroz y otras cosas mas. ¡Tuvimos un pontón para nosotros! Brigitta preparó a Mahangu para dormir. Luego vimos como el capitán dirigía el convoy hacia el agua abierta. Los próximos tres días estas balsas serían nuestra casa.

Vimos como las luces de Corumbá fueron tragadas por la noche después de algunas vueltas del río. A las 21.30 después de una última mirada al brillante cielo estrellado, nos metimos en los sacos de dormir. Delante de nosotros yace más de 400 kilómetros en el Río Paraguay y Cuiabà hasta que lleguemos a Porto Jofre el domingo. ¿Qué nos traerán?

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