¡Un domingo sin trenza no es domingo! Al menos no en Suiza. Eso es lo que también piensa Markus, de Konolfingen, a quien conocimos en México en 2020. Viajaba con su mujer Úrsula en un Iveco bien equipado (¡con horno y lavadora!). Los dos tuvieron que interrumpir su viaje -como nosotros- durante varios meses en 2020 a causa del Covid en México.
Durante este tiempo en un campamento, nos hicimos más cercanos y disfrutamos de los deliciosos pasteles que Ursula horneaba casi todos los días. ¡El sábado por la noche nos dio una trenza para el desayuno del domingo por la mañana! Pero ahora es nuestro turno de hornear una trenza. Lo hicimos juntos el sábado de Pascuapor la tarde. Preparé todos los ingredientes y desmoroné la levadura. ¡Luego Brigitta entró en acción y la observé con interés y una vez más me sorprendió lo que puede hacer!
Luego la masa reposó por 1 ½ horas. Después de eso fue trenzado (por Brigitta) y, después de otros 30 minutos de reposo, puesto en el horno. Ya se me hace la boca agua..
PS. Una buena trenza necesita la mejor mantequilla. ¡Igual que el de la lecheria de Kandersteg!