
Customs at work - finally!
Cuando nos enteramos el día 22 de enero que el CFS PACENO había zarpado sin nuestro contenedor, nos sentimos muy decepcionados; de cualquier manera, esto no nos sorprendía. Con demasiada frecuencia se nos había prometido algo que al final no se cumplía.
Ahora la aduana de Paramaribo tenía una semana para inspeccionar nuestro vehículo con el equipo de perros antes que el proximo barco llegara. Pensamos “Eso sería suficiente”. ¡Pero nos equivocamos otra vez! Ya había llegado el momento de llevar a Mahangu al contenedor, y la aduana parecía ser un tanto indiferente. Ya no había tiempo, deseo, ni el equipo de perros responsables de oler drogas para hacerlo, puesto que se tenían otras cosas que hacer.
Cayo el lunes, y la aduana de repente tuvo otras cosas que hacer retrasando la inspección un día más. A Juan, nuestro agente, le prometieron que el equipo de perros llegaría a las 9 al día siguiente. Pero ésta no fue más que otra promesa vacía. Y tal cual ocurrió: Mahangu estaba en el puerto, pero no en el contenedor, y la CFS Asiatic Wind zarpó sin él.
Si hubiéramos tenido un cohete Hellfire a la mano ese día, lo habríamos disparado a la aduana en Paramaribo. Nos preguntamos si no debíamos volar de regreso, entregar a Mahangu, conducir a Cayenne y enviarlo desde allí. ¿Pero quién nos reembolsaría los costos por este transporte? ¡Nadie! Ergo, decidimos hacer un tercer intento. Con muchas trancas y barrancas el coche estaba ahora en el contenedor – pero esto será material para otra historia…